Esta publicación es un homenaje especial para nuestros queridos lectores, dueños, empresarios, trabajadores independientes, comerciantes y emprendedores de micro, pequeñas y medianas empresas en Colombia. Dedicar algunos minutos a reflexionar sobre la importancia de tener un propósito definido en la vida, es un espacio importante para nuestro crecimiento personal como seres humanos.
Aunque pensemos lo contrario, a veces avanzamos como por inercia, llevados simplemente por nuestro afán de aumentar nuestras riquezas materiales o por el miedo a no tener con qué sobrevivir mañana.
Nos adentramos en un círculo vicioso de acumulación y acumulación, pero sin dejar circular libremente y sin temor, la abundancia de nuestra propia riqueza.
A veces incluso, nos identificamos tanto con nuestros títulos académicos y con nuestros roles profesionales en nuestros negocios, que olvidamos darle un sentido más profundo y un propósito más elevado a nuestros emprendimientos.
Pareciera que nuestra identidad personal estuviera estrictamente determinada por nuestros títulos académicos y nuestros cargos profesionales. Es como si nuestras vidas se definieran sólo por nuestros logros laborales y económicos.
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Así pues, es normal que vayamos olvidando o pasemos por alto las verdaderas razones que nos impulsaron tan valientemente a escoger nuestra actual profesión de empresarios, trabajadores independientes, comerciantes y dueños de negocios.
Es verdad que el dinero y la posibilidad de comprar muchas cosas sin limitaciones o de acceder a muchas opciones que la gente sin recursos económicos a veces no puede alcanzar tan fácilmente, se presentan muchas veces como las razones más inmediatas al momento de emprender nuestros negocios.
Sin embargo, cuando hacemos una pausa y revisamos a conciencia y sin afán nuestras verdaderas motivaciones para hacer lo que hacemos, nos damos cuenta de que en nuestros corazones hay algo mucho más emocionante que el éxito laboral y financiero.
Para algunos empresarios su motivación principal radica en el hecho de poder cuidar y proteger a sus familias, asegurándose de que no carecerán de nada.
Para otros es el hecho de sentir que pueden lograr y alcanzar los objetivos y las metas que se proponen, cultivando siempre el afán de superación personal tan vital en todo ser humano. Para algunos también consiste en poder vivir con libertad e independencia, sin ver limitada su personalidad y su originalidad.
En cualquier caso, no debemos olvidar que somos antes que nada seres humanos. Personas que sienten y tienen un espíritu que también reclama atención, cuidado y nutrición.
Sin importar cuál sea hoy su fe, su creencia, sus convicciones, su religión o credo, le invitamos a que recuerde la verdadera razón de su trabajo; por qué realmente está haciendo hoy el trabajo que está haciendo.
Reflexione:
¿Para qué la libertad?
¿Para qué el dinero?
¿Para qué la independencia y la posibilidad de ser usted mismo?
¿Para que todos estos logros y metas alcanzadas?
No digo que todo eso sea malo o lo convierta a usted en una persona despreciable, lo que debemos entender es el propósito real por el cual lo seguimos haciendo, qué es aquello que verdaderamente queremos.
Reflexionemos tan sólo por unos minutos y no dejemos que el frenesí al que nos arrastra la vida moderna, destruya la ilusión más profunda de nuestros sueños.
Encontremos o reafirmemos nuestro propósito de vida y hagamos que nuestro trabajo y nuestros logros profesionales y laborales hagan parte (pero sin destruir) de ese sentido de vida.
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Hagamos que nuestro trabajo se adecúe a nuestro propósito y no lo contrario, pues es muy fácil que la rutina y el frenesí de la sociedad de consumo, terminen haciendo que nuestro trabajo se convierta en nuestro objetivo principal de vida.
Cuando se tiene un propósito de vida claro y definido, estaremos preparados para superar todas las dificultades que surjan en nuestras empresas o negocios.
Para la mayoría de las personas no siempre es fácil encontrar un trabajo que se adecúe a su propósito de vida. Sin embargo, como micro, pequeños y medianos empresarios, tenemos la oportunidad de lograr que nuestros negocios reflejen claramente nuestro propósito de vida e incluso que el mismo se convierta en parte de la filosofía organizacional de nuestras compañía.
No hace falta una fecha única o un momento especial para reflexionar sobre nuestro propósito de vida y nuestro trabajo.
Todos los días podemos dedicar pocos minutos a recordar para qué estamos haciendo lo que estamos haciendo y mantenernos en guardia frente a las adversidades y desafíos de la vida, evitando desviarnos de nuestro verdadero destino.
Redactado y editado por: Santiago Calderón | Gerente Comercial Mipymes Digital Soluciones Web
